En un primer inicio, en el momento de la planeación, se nos ocurrió convocar a una serie de escritores que nos compartieran textos, de ficción o ensayísticos, en los que se amalgamara lo mejor posible la tradición de Día de Muertos con día de Brujas. Teníamos ya en nuestras manos el trabajo gráfico de María Marta Linero. Apenas era mayo o junio y dejamos correr el tiempo.