“La puta madre patria es un tríptico de cuentos que aún me gustan mucho. El primero y más extenso es el que le da título al libro. Para mí, es una exaltación de lo kitsch y una vendetta histórica a través del mundo de la pornografía. ‘El Fuete Quishpe’ es una suerte de inmigrante ilegal que tiene la osadía de replantear el canon occidental cuya senda fue marcada por Linda Lovelace, Ron Jeremy, Tinto Brass y otros ilustres lascivos”.
Todos sabemos que los libros son objetos hermosos. Basta recordar aquellos manuscritos que ahora son resguardados en museos como piezas de arte y que contienen aplicaciones de oro en las hojas, forros de piel, hermosos dibujos y textos que sólo algunos privilegiados podían leer. Con la llegada de la imprenta, la producción de manuscritos fue sustituida por la de “libros” y a partir de ese momento la difusión de textos fue mucho mayor.
Cuando conocí Las cinco leyes de la Biblioteconomía de Ranganathan, logré, como dicen los creyentes: “ver la luz”. Se que suena exagerado, pero seamos sinceros, queridos colegas, describir qué es una biblioteca, lo que hace, para qué sirve, no es cosa fácil.
“¿Usted no es de aquí, verdad?, ¿es bibliotecaria?, ¡Pensé que era licenciada!”, me dijo con cierta sorpresa aquel hombre sentado en la mesa de a lado. Sonreí. No supe qué responder. Sucede que cuando digo que soy bibliotecaria algunas personas se desdibujan, otras tartamudean y otras me preguntan: “¿lees mucho?”, “¿no te aburres?”, “¿y acomodas muchos libros al día?”. Entiendo que no saben de qué se trata lo que hago, ¡no tienen por qué saberlo! Lo que me desagrada es que piensen que el trabajo en una biblioteca es sencillo.
En un primer inicio, en el momento de la planeación, se nos ocurrió convocar a una serie de escritores que nos compartieran textos, de ficción o ensayísticos, en los que se amalgamara lo mejor posible la tradición de Día de Muertos con día de Brujas. Teníamos ya en nuestras manos el trabajo gráfico de María Marta Linero. Apenas era mayo o junio y dejamos correr el tiempo.
El 11.09 chileno (latinoamericano) cada vez tiene mayor repercusión. A propósito de la conmemoración del Golpe al gobierno de Salvador Allende participamos en el programa 3 de 5 de la transmisión especial “Allende los años. A cuatro décadas del golpe militar en Chile” de Radio UNAM 96.1 FM en torno a la #narrativadeladictadura, recuento que, de alguna manera, se relaciona con nuestro suplemento de lecturas electrónico, cuya edición inaugural está dedicada a la literatura chilena -nos referimos por supuesto al número 0 de (SdL), de la cual obsequiamos dos descargas: para Cinthia Archundia @CintiaArchundia y para Germán Quintero @german1906-.
“El círculo de los escritores asesinos, de Diego Trelles Paz, tiene agallas y tiene humildad. Es una línea chueca, pertinente, que habla de este momento, donde la inclinación de la mirada es la mejor manera de intentar entender qué diablos está pasando alrededor. Un mundo en donde los escritores, de frente al crimen y el asesinato, prefieren la estupidez y la banalidad intelectual”, eso dijo Alejandro Flores Valencia, periodista cultural y fundador de Telecapita) durante su presentación de la novela El círculo de los escritores asesinos, de Diego Trelles Paz, en el marco de la XXXIV Feria del Libro del Palacio de Minería.